El verano es una época ideal para relajarse, disfrutar del buen tiempo y desconectar de la rutina, pero también puede convertirse en un reto para quienes cuidan su salud y siguen un plan de alimentación equilibrado. Las vacaciones, los horarios más flexibles y la mayor oferta de comidas fuera de casa pueden hacer que abandonemos ciertos hábitos que tanto nos ha costado consolidar.
Por eso, queremos compartir algunas claves para cuidarse en verano sin renunciar al disfrute.
MÁNTEN UNA RUTINA ACTIVA
Aunque en vacaciones cambien los horarios, es fundamental seguir moviéndose. El buen tiempo invita a realizar actividades al aire libre: caminar por la playa, nadar, montar en bicicleta o practicar deportes como el pádel o el senderismo. No hace falta seguir un entrenamiento intenso, basta con mantener el cuerpo activo cada día. Incluso 30 minutos de caminata diaria marcan la diferencia.
ELIGE PLATOS FRESCOS Y LIGEROS
Aprovecha la temporada para incorporar más frutas y verduras frescas, sopas frías (como gazpachos o cremas de verduras), ensaladas completas con proteína magra (pollo, huevo, atún, marisco), ceviches, pescados a la plancha y verduras salteadas. Estos platos son fáciles de digerir, bajos en calorías y muy saciantes.
HIDRATACIÓN INTELIGENTE
Con el calor aumentan las pérdidas de líquidos, por lo que es clave beber agua a lo largo del día. Se pueden alternar con infusiones frías, aguas saborizadas naturalmente con frutas o hierbas, y caldos vegetales fríos. Evita el exceso de bebidas azucaradas o alcohólicas, que aportan calorías vacías y favorecen la retención de líquidos.
NO TE SALTES COMIDAS
El desorden de horarios puede llevar a saltarse comidas o picar sin control. Para evitarlo, planifica tres comidas principales equilibradas e incluye dos opciones saludables (fruta, yogur natural, frutos secos sin sal). Saltarse comidas suele generar más ansiedad y favorece los atracones.
COMER FUERA DE CASA
Si vas a comer fuera, prioriza las opciones más saludables del menú: carnes o pescados a la plancha, guarniciones vegetales, salsas aparte y postres ligeros. Comparte platos si las raciones son abundantes, y aprende a comer con atención, sin culpa, pero con conciencia.
CAPRICHO OCASIONAL
No es necesario seguir una dieta estricta para mantener el peso en verano, pero sí es importante evitar los extremos. Un capricho ocasional no arruina los progresos, siempre que se mantenga el equilibrio general. La constancia vale más que la perfección.
Cuidarse en verano no significa renunciar al disfrute, sino adaptarse de forma flexible y consciente. Mantener una alimentación equilibrada, moverse con regularidad y prestar atención a lo que el cuerpo necesita son las claves para pasar un verano saludable y sin recuperar el peso perdido.
