Aumentar las defensas en otoño es clave para prevenir numerosas enfermedades infecciosas, sobre todo del aparato respiratorio. El otoño es la época del año en la que el sistema inmunitario se ve más resentido. Las carencias de vitaminas y minerales debilitan nuestras defensas con lo que en consecuencia combatir gripes y resfriados se hace más complicado.
El otoño es tiempo de cambios, tiempo de cosecha y tiempo de reforzar nuestras defensas. Llegan las bajas temperaturas, el frío, las lluvias, la niebla, las horas de sol disminuyen … factores que contribuyen a que gripes y resfriados estén al acecho, pero siguiendo unos sencillos hábitos y con una suplementación adicional que refuerce nuestro sistema inmunológico, podemos estar seguros de que este otoño ni gripes, ni resfriados van a poder con nosotros.
LA NECESIDAD DE REFORZAR NUESTRO SISTEMA INMUNOLÓGICO EN OTOÑO
Los responsables de protegernos frente a virus y bacterias son los leucocitos. Cuando están debilitados somos más vulnerables ante cualquier enfermedad infecciosa u otras enfermedades como la artritis, las alergias o la psoriasis, entre otras.
Existen muchos factores que contribuyen en debilitar nuestro sistema inmune: estados emocionales intensos, el estrés, la ansiedad, la depresión, el insomnio, dormir pocas horas, una mala alimentación, algunas enfermedades, un sistema digestivo débil, … Todos estos factores conllevan a unas defensas bajas y además, van deteriorando varias funciones físicas, incluida la capacidad de nuestras defensas de combatir virus y bacterias.
Con la llegada de los meses fríos, lo que sucede es que virus y bacterias se vuelven más resistentes en el ambiente debido al descenso de humedad ambiental. Por ello, tenemos mayor riesgo a la hora de contraer este tipo de enfermedades respiratorias.
Aunque nuestro sistema inmunológico esté fortalecido, nunca podremos evitar un contagio, pero manteniendo unos buenos niveles de defensas, sí que podemos combatirlo de una forma eficaz, evitar complicaciones e incluso acortar su duración.
Cómo aumentar las defensas rápidamente:
Tú salud es una de las cosas más valiosas que tienes, sino lo más importante. Un sistema inmunitario que funciona bien impide que los gérmenes entren al cuerpo, los elimina y limita su daño si entran. En este artículo te contaremos algunas formas de subir tus defensas y dar a tu salud la prioridad que necesita, tengas la edad que tengas.
Síntomas de las defensas bajas:
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Resfriados frecuentes y otras infecciones: es normal que los adultos tengan de dos a tres episodios de resfriado o infección al año y se recuperen en unos pocos días. Las personas con un sistema inmunitario débil tienden a tener episodios frecuentes y pueden tardar más en recuperarse.
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Problemas digestivos: muchos científicos creen que la causa fundamental de la mayoría de las enfermedades es un sistema inmunitario débil y los síntomas digestivos incluyen diarrea frecuente, estreñimiento, hinchazón, etc.
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Retraso de la curación de las heridas: Si el sistema inmunitario es débil, las heridas tardan más en cicatrizar y aumenta el riesgo de infección.
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Fatiga frecuente: es normal sentirse cansado después de un largo día. Las personas con un sistema inmunitario debilitado tienden a sentirse cansadas o fatigadas constantemente a pesar de haber descansado adecuadamente.
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Infecciones cutáneas: la piel es la primera barrera del cuerpo. Un sistema inmunitario débil puede afectar la barrera de la piel, lo que provoca frecuentes erupciones cutáneas, inflamaciones, infecciones o sequedad de la piel.
Cómo aumentar el sistema inmune rápidamente:
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Haz ejercicio: hacer ejercicio moderadamente al menos tres veces a la semana, es suficiente para mejorar la inmunidad.
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Duerme bien: dormir entre 7 u 8 horas puede ayudar a reforzar la inmunidad. El descanso adecuado mejora el estado de ánimo y reduce el estrés.
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Aprende a manejar el estrés: el aumento de estrés disminuye la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Toma las cosas con calma.
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Toma el sol diariamente: la vitamina D es imprescindible para fortalecer tu sistema inmunológico.
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Come saludable: sigue una dieta equilibrada que incluya muchas frutas y verduras.
La nutrición juega un papel importante en el funcionamiento del sistema inmune, los alimentos ricos en omega-3, selenio, zinc, probióticos, vitamina A, C y E son los más indicados para aumentar el sistema inmune, porque favorecen la producción de las células de defensa del organismo de forma más eficiente.
Algunos ejemplos son:
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Omega 3: sardina, salmón, arenque, atún, semillas de chía, nueces y linaza
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Selenio: nuez de Brasil, trigo, arroz, yema de huevo, semillas de girasol, pollo, pan de forma, queso, repollo, harina de trigo.
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Zinc: ostras, camarón, carne de vaca, pollo, pavo y de pescado, hígado, germen de trigo, granos integrales, semillas de calabaza, frutos secos (cacahuetes, almendras, nuez de Brasil)
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Vitamina C: naranja, mandarina, piña, limón, fresas, papaya, melón, mango, kiwi, brócoli, tomate, sandía, repollo, patata con cáscara.
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Vitamina E: semillas de girasol, avellanas, cacahuetes, almendras, pistachos, mango, aceite de oliva, pasta de tomate, aceite de girasol, nueces, papaya.
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Vitamina A: zanahoria, camote o batata, mango, espinaca, melón, remolacha, acelga, pimentón rojo, brócoli, lechuga, huevo.
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Probióticos: yogur natural, leche fermentada tipo kéfir, para mantener la salud intestinal.
La persona que necesita fortalecer su sistema inmune debe consumir una mayor cantidad de estos alimentos a diario y regularmente, no solo cuando ya esté enfermo.
Afortunadamente, tenemos la posibilidad de tener todos estos elementos en complementos alimenticios que cuidarán nuestras defensas de manera mucho más fácil y de manera diaria, ya que, con nuestro ritmo de vida, es complicado poder llegar a los requerimientos que necesitamos.