Durante el verano, especialmente en jornadas de calor intenso, es fundamental prestar atención a la hidratación. ¿Por qué es tan importante estar bien hidratado? Con el calor, el cuerpo suda más para regular su temperatura. Esto implica una mayor pérdida de agua y minerales (sodio, potasio, magnesio), lo que puede afectar el rendimiento físico, el estado de ánimo, la digestión y la concentración.
Claves para una hidratación efectiva
- Bebe sin esperar a tener sed. La sed es ya un signo de deshidratación. Lo ideal es consumir agua en pequeños sorbos a lo largo del día.
- Incluye variedad de líquidos: agua natural, infusiones frías sin azúcar, agua con gas con limón o pepino, y caldos suaves.
- No olvides los electrolitos. Usa verduras ricas en minerales (apio, espinaca, pepino) o, si hace mucho calor, considerar un suplemento de electrolitos sin azúcar.
- Evitar beber líquidos excesivamente fríos puede ralentizar la digestión o causar molestias estomacales. Mejor frescos, no congelados.
- Evita bebidas que deshidratan, como café en exceso, alcohol y refrescos azucarados.
Las frutas y verduras frescas también son una excelente fuente de agua y minerales, cómo, por ejemplo: melón, sandía, pepino, calabacín, apio, lechuga, espinaca y pimiento verde.
Una buena hidratación no solo te mantiene saludable, también mejora tu rendimiento físico, tu concentración, tu digestión y hasta tu estado de ánimo.
El verano no tiene por qué ser un obstáculo para tu bienestar si sabes cómo cuidarte.
